El marketing emocional se ha implantado como uno de los métodos por excelencia para dar a conocer productos y servicios. En el mundo de la alimentación, las marcas ya no pueden dedicarse únicamente a transmitir su mensaje a los usuarios. Deben ir un poco más allá para conseguir conquistar a los clientes y, para ello, necesitan conectar emocionalmente con ellos para ofrecerles una buena experiencia. Esta es la base de una comunicación exitosa.
El marketing emocional, este es un tipo de estrategia basada en el cliente y no en los productos. Su objetivo es proponer una interacción entre el usuario y la marca, con el objetivo de generar una reacción emocional positiva que vincule a la marca con un producto o servicio en concreto. Esto es algo imprescindible si tu empresa quiere sobrevivir de cara a la amplia competencia del mercado.
¿Qué es el marketing emocional?
El marketing emocional es un tipo de marketing que pretende conseguir que la marca y el público tengan una relación emocional con el objetivo de que la sientan como propia. ¿Nunca te has preguntado por qué te gustan las marcas que te gustan? Muy probablemente despiertan en ti una emoción, un sentimiento que te lleva a ello: la marca de yogures que se compraba en tu casa cuando eras peque o la camiseta que representa tu filosofía de vida… Pero, antes de seguir, vayamos a la raíz: hablemos de las emociones.
¿Qué son las emociones?
Si algo representa al ser humano es la emoción. Filósofos, psicólogos y estudiosos de todas las épocas, desde Aristóteles a Darwin, han investigado las emociones desde hace siglos: por qué ocurren, cómo se expresan, cuántas hay.
En los años 70 del siglo pasado, un momento histórico que arrojó grandes descubrimientos y estudios sobre psicología, Paul Ekman describió 7 emociones básicas:
- Tristeza
- Alegría
- Asco
- Repugnancia
- Sorpresa
- Miedo
- Ira
Unos años más tarde, en 1999, la lista se amplió incluyendo:
- Orgullo
- Vergüenza
- Satisfacción
- Desprecio
- Excitación
- Diversión
Pero no podemos pasar por alto la “Teoría de la rueda de las emociones” del psicólogo y profesor Robert Plutchik. Él indicó que las emociones pueden combinarse entre ellas, con la posibilidad de crear una amplia gama de emociones.
¿Para qué sirve el marketing emocional?
Esta estrategia de marketing permite mejorar la calidad de compra de los consumidores, ofreciéndole nuevas experiencias y la posibilidad de ser un comprador más activo. El marketing emocional para hostelería y alimentos también permite:
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Identificar al usuario con la marca
Si el comprador tiene una experiencia positiva con la marca, se identificará de manera más o menos consciente con ella. Esto es lo que le llevará a elegirla sobre otras marcas. Además, al estar en contacto con la marca que le generó una buena experiencia, surgirá nuevamente esa emoción favorable.
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Diferenciarse de la competencia
Esta estrategia de marketing digital también permite que las marcas se diferencien de su competencia de una manera más clara. Esto se debe a la interacción que se produce entre el consumidor y la empresa.
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Recomendaciones
Si la marca es capaz de hacer que el consumidor viva una experiencia única, su impresión será muy positiva Esto le llevará a compartirlo con otros. Al hacerlo, recomendará de forma directa o indirectamente a tu negocio, lo que beneficiará a la empresa.
La emoción y su relación con la decisión
El marketing emocional se encarga de crear experiencias que permitan a la empresa llegar al cliente de forma creativa y memorable. De esta manera, crean vínculos emocionales entre las marcas y los consumidores. Los nexos que generan estas experiencias harán que los clientes regresen una y otra vez a la marca que los hizo sentir tan bien. Esto ocurre porque ha quedado claro que las experiencias emocionales son una de las que más valoran las personas.
Se ha demostrado, además, que sin las emociones es imposible tomar decisiones. En estas participa nuestro lado más subjetivo, incluyendo los sentimientos. Por ello, considerando que las decisiones se toman no solo de manera racional, sino que hay una parte irracional que las controla, las empresas pueden sacar mucho provecho a través de la creación de experiencias.
Si quieres que tu cliente te recuerde debes emocionarlo. La comida en sí misma no es garantía de emoción. La calidad de lo que se ofrece es condición necesaria pero no suficiente para emocionar, al menos no a todos lo que visiten tu restaurante. Por lo tanto es necesario preguntarse, ¿Cuál es la emoción que deseo transmitir en mi restaurante?
