Delegar es el secreto del éxito de tantos restaurantes

Cuando un emprendedor llama al restaurant su “bebé” o “mi hijo”, la mayoría de las veces se trata de un negocio que arrancó desde cero y que él o ella controla absolutamente todo  para mantenerlo a flote.Sin embargo, muchas veces pasa que la tareas empiezan a multiplicarse a medida que esa propuesta de valor es más popular y capta más clientes. Por  lo tanto, el esfuerzo por controlar todo y complacer, termina siendo un agotador agobio que podría terminar en un estancamiento peligroso.

El éxito de muchos restaurantes y otros negocios de comida, está en “pasar la pelota”, en delegar funciones a otras personas que estén dispuestas a llevarlas a cabo.

Pero así como hay trabajadores que se sientes capaces de realizar una tarea, el dueño debe tener la capacidad de soltarla. Muchos emprendedores cuando llegan a ese punto de crecimiento, tienen dificultades para ceder su control porque les preocupa que alguien más no pueda hacer el trabajo tan bien como ellos.

De hecho, aquí en Perú se ve que en muchos restaurantes que el dueño o dueña cocina todos los platos o están en la caja cobrando y hasta atendiendo en las mesas.

Eso no sólo pasa en este país. En Estados Unidos por ejemplo, 4 de cada 5 propietarios de pequeñas empresas dicen que no pueden trabajar “en” su negocio porque están demasiado atascados “en” su negocio.

Delegar es para muchos el mayor obstáculo que enfrenta el emprendedor en su camino. Por esta razón, le preguntamos: Si tiene el sueño de  crecer y expandirse ¿Cómo lo podrá alcanzar sin la ayuda de otras personas?

Sale más barato enseñar que mantenerse estancado en su restaurante

La delegación es el secreto del éxito de los grandes restaurantes. Sale mucho más barato pagar a un empleado, que evitar el aumento de la clientela para poder controlar el servicio.

Pasar las tareas le ayudará a enfocarse en nuevas ideas para el crecimiento del negocio, en manejar los ingresos de mejor manera y lo mejor de todo, habrá tiempo libre para despejar la mente y compartir gratos momentos en familia.

Para iniciar debe preguntarse a sí mismo si desea pasar de ser un dueño o jefe, a un líder admirado por su personal. Pues, una vez tomado el compromiso, debe hacer una lista de funciones y tareas que diariamente realiza y vea cuáles de ella podría soltar y enseñar a alguien a completarla.

Debe dejar de decir: “Es más fácil para mí seguir adelante y hacerlo”.

Una vez tenga  esa lista, debe elegir a las personas correctas para que completen esa tarea. Consulte y haga pruebas. Recuerde que nadie nació aprendido y que usted cometió errores en el camino para tener su negocio. Si usted ve ganas, actitud y talento en esa persona, ese es un prospecto que le traerá beneficios.

Muchos dueños se frenan en este paso porque aseguran no tener tiempo para enseñar, pero debe invertir al menos un espacio para hacerlo. Si ve habilidades en esa persona, puede ser mucho más sencillo de lo que le parezca y agradecerá el resultado en el futuro.

Vaya entrenando, dirigiendo, corrigiendo y motivando. Dé la confianza y mida los resultados desde el momento cero. Ahora, tiene una tarea menos que realizar y así va con las siguientes.

La comunicación es clave. No se le debe escapar nada al delegar

Empoderar a un empleado es clave. La mayoría están felices de asumir nuevas tareas, roles y responsabilidades. Pero permanecerán más leales y felices con su trabajo si son reconocidos verbalmente (e incluso recompensados con alguna bonificación) por sus contribuciones.

Debe ser claro en la comunicación. No se le debe escapar nada. Una duda en las funciones puede terminar en un trabajo que no cumpla son sus expectativas y, además, en más tiempo invertido en explicar nuevamente.

Dígales a tus trabajadores qué se espera de ellos y lo importante que son para este negocio. No le dé temor explicar todo lo que sabe. Cuando se sienta así, recuerde esto: Los grandes líderes entienden que es el equipo el que hace que un negocio funcione.

Además está ayudando a una persona a desarrollarse personal y profesionalmente. Eso cambiará su actitud, ganará madurez, reforzará su habilidad de tomar decisiones, recibirá respeto e inspirará a todos.

que elaboramos. Es una herramienta esencial para reducir raciones demasiado grandes (que un comensal no puede llegar a comerse enteras, por lo que tiramos comida), y las elaboraciones que tenemos que almacenar, reduciendo el riesgo de estropearse (debido a que controlamos más las raciones).